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Consejos básicos para el cuidado de la voz.

Belén Caccia, autora del libro “Hablar en público. Cuando el mundo es un escenario”, y profesora de actuación, oratoria. Creadora de la corriente de dinámica expresiva, comparte algunos consejos básicos sobre el cuidado de la voz, sencillos y prácticos, especiales para realizar antes de una presentación o actuación en público.


Aplicable a todo tipo de actuaciones

Si bien notarás que ella se dirige a quienes vayan a realizar un discurso o una disertación, notarás que sus “tips” resultan aplicables a cualquier situación de exposición pública que requiera el uso de la voz, como actuaciones, castings, audiciones y hasta entrevistas laborales.


Comienzan sus palabras

Hacerse escuchar y hacerse oír, no es necesariamente la misma cosa.


Recuerda siempre que el discurso es un TODO. No sólo las palabras. Existen diferentes tipos de lenguajes y usamos, consiente e inconscientemente, varios a la vez.


Nuestro mensaje es "un todo".

Nuestro discurso, monólogo, disertación, presentación… estará conformado por lo que dicen nuestra voz, nuestra gestualidad, nuestro texto y todo lo que involucre a la presentación en público que puede incluir nuestro vestuario, postura, la hora a la que llegamos, el lugar donde nos paremos para dirigirnos al público, cómo tomemos el micrófono, en caso de que haya micrófono, el manejo de situaciones inesperadas, etc. Pero en esta nota nos centraremos en la voz hablada.

La voz es, lógicamente, la herramienta fundamental para hablar en público.

Si bien muchas veces es necesario amplificar nuestra voz para ser correctamente escuchados/as por todas las personas presentes, quien se considere o quiera considerarse profesional no debería tener “adicción” al micrófono. Deberá ser capaz de darse a entender aún si no se contara con amplificación.


Una voz hablada bien utilizada es capaz de expresar y transmitir muchísimas emociones, sensaciones y matices diferentes. Quienes te escuchen podrán olvidar lo que dijiste puntualmente, pero jamás olvidarán lo que les has hecho sentir.


Tu mensaje se apoyará no solo en la voz, sino también en la expresión, la comedia física, lenguaje gestual en general, y por supuesto en el contenido del mensaje en sí. Pero ahora vamos a concentrarnos en el cuidado de la voz como herramienta en sí misma, que es fundamental para hacer el mensaje más atractivo e interesante.


La voz hablada, al igual que la voz cantada, puede ser más o menos grabe, aguda, pausada, veloz, débil o potente. Puede resonar más en el pecho o en la cabeza.

Quien se considere buen/a orador/a juega con el volumen y la modulación de su voz con la misma inteligencia y premeditación con que lo hace un cantante.


Entrenar con ejercicios y conocer los principios de emisión de voz evitará o disminuirá la fatiga durante el monólogo, discurso, actuación o disertación.

Si el/la orador/a desconoce dichas técnicas, deberá apoyarse en la relajación y en la concentración, y siempre recordar el respirar a conciencia y con su debido tiempo antes de salir a escena y antes de cada nueva frase o momento de su presentación.

Esto deberá ser practicado en voz alta, de ser posible varios días antes de la presentación. Pero sigamos con la voz en sí:

Una buena articulación de las palabras hará necesaria menos potencia vocal para hablar (mis alumnos/as me escuchan hasta el cansancio la frase "hay que masticar las palabras").

Mi consejo súper práctico para modular; Les recomiendo pensar que una persona con dificultades auditivas les está observando desde la platea y necesita leer sus labios para mantener la modulación clara y constante. Si no modulan, si no colocan correctamente en su boca el molde de cada letra, esta persona sorda no comprenderá nada de lo que digan. Esa es la imagen que deben tener para concentrarse en modular, "masticar" las palabras, pronunciar cada vocal y cada consonante como corresponde para ser escuchada y entendida.

Una correcta técnica respiratoria y un buen uso de los resonadores permitirán a las cuerdas vocales descansar más. De no dominar la técnica, los siguientes detalles pueden serles de utilidad:


Consejos prácticos para el cuidado de la voz:


Te recuerdo que estos consejos son para aplicar días antes de una presentación. Si bien algunos hábitos resultan tan placenteros que se terminan adoptando, otros son un poco extremos y no resulta tampoco necesario que se adopten definitivamente. No se trata de obsesionarse. Es conocer los métodos para cuidar tu voz y sentirte cómodo/a y relajado/a con el rendimiento de tu voz en el momento de tu presentación.


RUIDO: No hables por encima del ruido ambiente (evitar charlas en bares, discotecas con música alta, calle muy ruidosa, etc. antes de una presentación). Sobre todo si será sin micrófono.


HIDRATACION; Mantén bien hidratadas tus cuerdas. (Lo ideal es beber dos litros de agua diarios, mínimo, medio litro de agua media hora antes de tu presentación, pero si no estás acostumbrado/a con un poquito estará bien)

Lo del vasito de agua en el escenario, no debería ser necesario si estás bien hidratado/a previamente y hablas menos de media hora de corrido, además tomar el agua bastante antes, evitará que hagas tu monólogo con ganas de hacer pis.

Por favor no imites a otros oradores en eso de tomar agua mientras hablan. Si quieres imítalos en otras cosas que hacen bien y no interfieren con tu estilo o personalidad, adelante, pero comprende que no son más profesionales por tener su vaso o botella de agua en el escenario. Si no es realmente por hidratación, lo que no tendría sentido en menos de media hora hablando, se trata de un elemento distrayente del mensaje.


Lo que no es necesario en el escenario, lo que nada cuenta, no debe estar ahí.


BEBER Y FUMAR: Evita las bebidas de alta graduación y el humo del tabaco (propio y ajeno) desde al menos unas horas antes de presentar tu discurso. Lo ideal con respecto al cigarrillo, es erradicarlo de tus costumbres, aunque sé que es difícil. También desaconsejo tomar alcohol o fumar yerba antes de una presentación ya que disminuye tus reflejos. Puede ser que sientas que te desinhibe tomar algo antes, pero la realidad es que estarás con los reflejos más lentos. Es decir que aunque quizá tú se sientas mejor con eso, realmente te verás peor. Mantén tus reflejos lo más alertas posibles y deja el brindis para después de tu presentación exitosa.

CUIDADO: Reduce el uso de la voz cuando tengas gripe, estés acatarrado/a o no estés bien de la voz

TONO Y VOLUMEN: No uses la voz hablada fuera de tu tono habitual (hacer voces, gritar, reírte sin control) justo antes de tu presentación y en general el resto del día. (Hablo de esa risa a carcajadas donde se fuerzan las cuerdas. Reírse habitualmente hace bien. La risa “normal”, la habitual en el tono correcto, relaja notablemente las cuerdas. Ya la sola sonrisa predispone muy bien para relajarse en situaciones de estrés o tensión)


No hables haciendo ejercicios violentos o levantando pesos (esto hace que las cuerdas se esfuercen de mas)


Cuida tus posturas (sentarte derecho/a, no forzar de más el cuello, la espalda)Evitar los abdominales o ejercicios de espinales ese dia o el anterior.

Habla articulando correctamente (abriendo mucho la boca, recuerda lo que dije anteriormente de la persona que tiene que leer tus labios y que somos instrumentos de viento)


Reconoce y evita la sensación de esfuerzo vocal: tensión en el cuello o falta de aire.

Permanece el menor tiempo posible en lugares con polución atmosférica, humo o poca ventilación.

Reduce las largas conversaciones telefónicas el día de la presentación. (Viva el wsapp escrito!)

Disminuye tu permanencia en lugares con aire acondicionado por más bajo que esté (deshidrata)


Haz reposo vocal después de un uso intenso de la voz. (No hables susurrando que es peor, lo ideal es callarte un par de horas, tomar algo tibiecito y si es posible, un baño con mucho vapor)


La voz se resiente mucho por la falta de sueño.

Duerme al menos 8 horas. Trata de dormir la mayor cantidad de horas que puedas, sobre todo si utilizas la voz de forma profesional. (No más de 8 que ya es vagancia)


Escúchate y presta atención a si estás forzando tu voz, si estás hablando en el que realmente es tu tono (muchas veces hablamos en el día a día un poco más grave o más alto de lo que realmente deberíamos y lastimamos así nuestras cuerdas)

La velocidad también es importante así como el volumen. Tanto al ensayar como durante la presentación, tomate tu tiempo para respirar mantener o recuperar tu eje, no te aceleres. No estás aburriendo a la audiencia y si así fuera, no lo mejorará el hecho de que te aceleres al hablar o de que no se te escuche bien. Al contrario.


Algo muy importante, es que no te auto mediques si sientes molestias en la garganta. Muchos “remedios” caseros pueden provocarte el efecto contrario al esperado (por ejemplo, con la menta se siente más fresca la garganta, como si tuvieras más aire… y en realidad irrita muchísimo las cuerdas. Lo mismo con cualquier bebida alcohólica) Son aconsejables los cítricos. Cuidado con la miel que te lubrica pero a la vez genera mucho reflujo y el resultado de la lubricación es a muy corto plazo. Vienen muy bien el jengibre, el limón, la cebolla, el agua tibia... los cítricos en general.


Si tu intención es dedicarte profesionalmente a esto o hacerlo muy seguido, te recomiendo que vayas a un otorrinolaringólogo a que te diga cómo están tus cuerdas.


Entrena, aprende a calentar tus cuerdas antes de salir a escena, y a cuidarlas el resto del tiempo y así vas a tener herramienta para rato. Sin obsesionarte, solo conocerlas, ser consciente de su uso y cuidado y disfrutarlas… para que pueda disfrutarlas el público también.


Clases de actuación, oratoria, locución o canto te podrán ayudar a conocerlas y cuidarlas para utilizarlas en pos de tu mejor interpretación y comunicación. Pide siempre referencias y currículo de los/as profesores/as antes de poner tus cuerdas en sus manos. Si se te rompiera una guitarra quizá podrías comprar otra, pero si se te “rompe” tu voz…será mucho el trabajo para arreglarla.


En definitiva, si tienes bien preparado el contenido y has cuidado correctamente la herramienta, respira...y confía en que todo va a resultar favorablemente. Una respiración por nada....y a disfrutar de tu actuación.




Belén



Antes de irme, a modo de posdata comparto algunos datos que quizá te interese saber:


¿Te has hartado de escuchar en mis clases que somos instrumentos de viento? Aquí tienes alguna explicación más concreta:

La voz humana es producida en la laringe, cuya parte esencial, la glotis, constituye el verdadero órgano de fonación humano (reproducción de sonido).

El aire que viene de los pulmones, es forzado durante la espiración a través de la glotis, haciendo vibrar dos pares de cuerdas vocales. Las cavidades de la cabeza, relacionadas con el sistema respiratorio y nasofaríngeo, actúan como resonadores. (Como el cuerpo de la guitarra, actúa de resonador para las cuerdas)

El aparato de fonación puede ser controlado conscientemente por quien habla o canta.

La variación de la intensidad depende de la fuerza de la espiración.


En el hombre las cuerdas vocales son algo más largas y más gruesas que en la mujer y el niño o niña, por lo que produce sonidos más graves.

(Piensen en un instrumento de cuerdas chiquitito que hace como un “chin chin chin” Ej.: el ukelele, comparado con uno grandote como el contrabajo “toing toing toing”)



Las vocales se producen como sonidos y cada una tiene su espectro propio: la A y la U tienen fundamental y tercer armónico fuertes, segundo y cuarto débiles; la E y la O, más o menos lo contrario, fundamental y tercer armónico débiles, segundo y cuarto fuertes; la I tiene los primeros armónicos débiles y el quinto y sexto fuertes.

Las consonantes se clasifican más bien como ruidos y son de dos clases: silenciosas, en que no intervienen las cuerdas vocales (ejemplo: R, S), y habladas en que sí toman parte (Ej.: B, D). La mayoría de las consonantes se originan algo bruscamente, por lo que contienen armónicos transitorios.

La transparencia oral se debe a las altas frecuencias.

Para que el habla sea comprensible, es indispensable la presencia de armónicos cuya frecuencia se halla entre 500 y 3500 Hz.

Por otra parte, la energía de la voz está contenida en su mayor parte en las bajas frecuencias y su supresión resta potencia a la voz que suena delgada y con poca energía.


Gracias por tu atención.


Belén Caccia


 

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El equipo Reina Mab.








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